26 Sep 2015 Septiembre 26-27. Petit Astazou (3.012 m) y Grand Astazou (3.071 m)
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Petit Astazou (3.012m) y Grand Astazou (3.071M).
Arrastaka Mendi Taldea organizó para los días 26 y 27 septiembre una salida al valle de Pineta (Huesca), situado en el corazón del Pirineo, y lugar emblemático para los montañeros: nos brindaba la oportunidad de acceder a las cumbres del macizo del Monte Perdido o de la Munia y a sus glaciares. El objetivo era subir a los Astazous.m)
Partimos del aparcamiento de Pineta, para afrontar en primer lugar la dura subida al Balcón de Pineta. La mañana era soleada, y las previsiones anunciaban un buen fin se semana… Al llegar al balcón de Pineta se abre ante nosotros un magnífico panorama: dejando atrás el valle de Pineta, tenemos ante nosotros la impresionante cara norte del Monte Perdido, el Cilindro, el lago de Tucarroya con sus limpias aguas, y al fondo los Astazous.
La ascensión y la vuelta a los Astaous desde Pineta se puede completar en un único día, pero la previsión de buen tiempo para el sábado a la noche y domingo a la mañana hizo que barajáramos otra posibilidad: pasar la noche en Tucarroya, y poder disfrutar de un entorno único. No sabíamos si tendríamos sitio en el refugio libre de Tucarroya, o tendríamos que vivaquear. Nos desviamos del itinerario de subida para comprobar si había sitio… y tuvimos suerte: dormiríamos en el refugio. Dejamos los sacos y algún material en el refugio, y partimos hacia los Astazous por la margen izquierda del lago de Tucarroya.
El terreno era ahora más pedregoso y se avanzaba con más dificultad, pero al final llegamos al collado de Swan, para continuar por la cresta hasta alcanzar el Grand Astazou (3.071 m). Desde la cumbre las vistas son espectaculares: El Monte Perdido, El Cilindro, Gavarnie hacia el norte, la cadena de los Pirineos a ambos lados. Pero amenazaba tormenta, y tuvimos que apresurarnos para subir al Petit Astazou, y volver al refugio de Tucarroya, donde pernoctamos.
La mañana amaneció de nuevo soleada, y el entorno era, ya lo sabemos, espectacular: no daban ganar de bajar; nos lo tomamos con calma, para apreciar el momento. Poco a poco comenzamos la bajada hacia Pineta, con la satisfacción de haber disfrutado de un magnífico fin de semana. Al llegar abajo, compartimos la comida que nos restaba, y emprendimos el viaje de vuelta.
Todas las fotografías en este enlace.