27 Sep 2014 27-28 Septiembre.Ascensión Costalera y Joar
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Costalera (1.233 m) y Joar (1.417 m).
El sábado amaneció un día precioso, soleado y con buena temperatura. Partimos ilusionados de Kanpezu, tomando la ruta que sale a la derecha del cementerio hacia el puerto de Nazar. Se trata de un sendero sin complicaciones, que discurre entre bosques de vegetación muy variada. Una vez en el puerto, se abandona la GR y se coge a la izquierda, para subir por un empinado sendero que se abre entre el boj.
Se llega al Costalera Occidental sin problemas, y la vista es preciosa en todas las direcciones; se divisa también la arista por la que más tarde tendremos que avanzar para llegar a la cima. Corría un viento que se hacía molesto, por lo que continuamos nuestro camino. Tras una bajada en la que hay que apoyar ocasionalmente las manos, llegamos al pie de la arista. El sendero que la bordea discurre por su izquierda, pero nosotros nos metimos por la derecha en la arista. Con los cascos puestos, tras trepada inicial, nos dimos cuenta de que muchas piedras que podían servir como agarre no eran muy firmes. La arista no es difícil, pero es bastante desordenada, y hay que sortear obstáculos, tramos de boj, etc. Un poco antes de la cima, hay que realizar un rapel de unos 10 metros, para ganar después, tras una trepada, la cumbre del Costalera (1.233 m).
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Habíamos completado la primera parte de la jornada. Ahora el objetivo era el Joar. Volvimos al puerto de Nazar por el sendero que bordea la arista del Costalera, y desde allí nos dirigimos al Joar por un sendero que discurre por unas lomas con una panorámica preciosa. El recorrido no tiene ninguna dificultad, y nos obsequia además con un bonito bosque justo antes de llegar a la cima del Joar (1.417 m). Tras reponer fuerzas, comenzamos la bajada a Kanpezu, primero por la pista que sirve para acceder a la antena del Joar, y después cogiendo los senderos que la evitaban.
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Para el domingo la previsión meteorológica no era tan favorable, y se hablaba de cielos más nubosos y posibilidad de lluvia, pero nosotros albergábamos la esperanza de que el tiempo no sería un obstáculo para realizar nuestras actividades. Pero desde el amanecer el cielo estaba encapotado, y comenzaba a chispear, en algunos momentos con bastante intensidad. Esperamos un par de horas, pero viendo que la situación no mejoraba, decidimos volver a casa.
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