20 Sep 2014 20-21 Septiembre 2014. Garmo Negro y cinco tresmiles
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Ascensión a cinco tresmiles de Garmo Negro
La previsión meteorológica era buena para el sábado, pero al amanecer nos encontramos con la sorpresa de que a la noche había llovido, y todavía la nubosidad no había desaparecido. Aun así, partimos del complejo del balneario de Panticosa con la seguridad de que tendríamos un buen día de montaña.
Iniciamos la jornada por el itinerario normal al Garmo Negro, superando la Mallata Baja y la Mallata alta. La subida es muy empinada, pero no hay dificultades técnicas y está marcada con puntos rojos. Después abandonamos el sendero, y nos desviamos hacia el collado de Pondiellos, siguiendo los hitos en los chancales. Al llegar al collado, vemos claramente el Pico de Infiernos y los ibones de Pondiellos, pero las nubes no nos dejan ver nuestro itinerario, que va de la Aguja de Pondiellos al Garmo Negro.
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Realizamos toda la subida en grupo compacto, con los cascos puestos, para evitar sustos con piedras sueltas, y aunque el terreno es descompuesto y en algunos tramos hay que utilizar las manos, llegamos a la cumbre de Garmo Negro (3.051 m) más fácilmente de lo que pensábamos. Tras comer y beber para reponer fuerzas, iniciamos la segunda parte de nuestro recorrido, el cresterío que va de Garmo Negro a los diferentes picos de Algas y Argualas.
Alcanzamos primero sin dificultad Algas N (3032 m), y continuamos todos en grupo compacto, siguiendo la referencia del compañero que va delante, pasando por las cumbres de Algas (3036 m) y Algas SE (3002 m), hasta llegar finalmente alArgualas (3046 m). Es un terreno en el que hay que progresar con mucha atención y exige hacer unas pequeñas trepadas y destrepes, pero que tampoco reviste especial dificultad. Estas cumbres, con buen tiempo, ofrecen unas vistas preciosas, pero nosotros no tuvimos suerte, ya que las nubes impedían la visibilidad en el cresterío.
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Para la bajada, enlazamos con el sendero normal de subida al Garmo Negro; aunque mirando desde arriba parece que el balneario está cerca, la bajada se hace larga. Pero estábamos a gusto: habíamos completado un bonito día de montaña, y además habíamos bajado antes de lo previsto; podíamos disfrutar de una animada charla al sol de la tarde.
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